En 2017 unos pocos afortunados amantes de la música y seguidores del violinista Pablo Navarro, tuvieron la oportunidad de vivir el renacer de algo tan mágico como los 4 conciertos de Las Estaciones de Antonio Vivaldi.
Todo comenzaba con el secretismo y el misterio de asistir a algo desconocido. El público adquirió sus entradas sabiendo sólo que iban a ver a Pablo Navarro, sin saber qué iba a interpretar.
La experiencia comenzaba recibiendo un paquete en sus casas con una caja labrada en plata que guardaba la entrada del concierto y una pulsera que le permitía y daba acceso a una consumición para poder saborearla con calma durante el espectáculo.
Todo esto se desarrollaba en el mítico y elegante salón Duque del Hotel Wellington de Madrid (Calle Velázquez).
Una sobrecogedora introducción musical acompañada de visuales al tempo de la música junto con un inquietante juego de luces que hacía que el público entrase a formar parte del escenario, hacían que la atención en cada uno de los oyentes fuese in cressendo poco a poco hasta que dio comienzo el inconfundible motivo con el que arranca la Primavera.
Siempre respetando el manuscrito del gran compositor italiano, la música fue contando una historia que todo el público conocía, pero de una forma tan distinta que la atención del mismo resultaba como si se tratase de algo nuevo.